El pasado miércoles, 28 de septiembre, asistí al desfile de mujer y hombre otoño-invierno 2022-23 de Santa Eulalia. Un total de 60 looks cobraron vida en siluetas gráficas matizadas con preciosos tweets y sofisticados adornos, en las que las referencias urbanas se daban la mano amistosamente con patrones de factura más sofisticada.
Algunas de las tendencias clave en mujer de la temporada transitaron en looks inspirados en el estilo Après-ski, el mood preppy, el género neutro, el mix lady punk, una suavizada estética gótica…, en los que prendas como abrigos oversize, vestidos rematados con mil y un flecos, vestidos xxs ajustados con aberturas cut out, monos ceñidos al milímetro como una segunda piel, bombers con paillettes multicolor y blazers estructurados y voluminosos fueron los grandes protagonistas.
En su propuesta para hombre –quiero destacar que me fascinó–, Santa Eulalia presentó una mezcla muy interesante de prendas y accesorios que combinaban con excelencia la estética deportiva más extrema con piezas de espíritu clásico y sofisticado. Entre ellas, bombers, blazers, chalecos acolchados, plumíferos, joggers, botas mountain, corbatas…
Este año Santa Eulalia celebra su 180 aniversario. Fundada en 1843 y situada en el Passeig de Gràcia 93 de Barcelona, Santa Eulalia es un referente en el mundo de la moda a nivel nacional e internacional. En sus más de 2.000 m2 se encuentra una cuidada selección de firmas y colecciones internacionales de lujo para hombre y mujer. Un universo que se completa con el atelier de sastrería y camisería a medida en el que se realizan creaciones por encargo con el savoir faire de la tradición Santa Eulalia. Una de las particularidades que según Pitti Uomo de Florencia y The Bussines of Fashion la sitúa entre las 30 mejores tiendas masculinas del mundo.
Postdesfile, pudimos descubrir parte del histórico de Santa Eulalia que ha marcado su hoja de ruta desde 1.843. Os cuento.
En 1.926 tuvo lugar el primer desfile de alta costura de Santa Eulalia en los salones de la tienda del Pla de la Boqueria, siendo pioneros en Barcelona. Las modelos, que por entonces se llamaban maniquíes vivientes, salieron acompañadas de música de piano. Cabe recordar que en aquella época el cine aún era mudo… Algunas de las sillas de ese primer desfile aún están en la tienda de Santa EulalIa, 96 años más tarde, en concreto en la sección de zapatería.
En los años 1920 y 1930, cada temporada se hacían carteles publicitarios anunciando las nuevas colecciones. Uno de los cartelistas que más carteles diseñó fue José Luis Rey. En el cartel que hizo para anunciar la temporada de otoño-invierno de 1.931, quiso dar una sorpresa a Luis Sans, quinta generación al frente del negocio y abuelo del actual propietario, dibujando a su esposa Montserrat Roig, con quien se había casado un año antes.
En 1.941 Santa Eulalia fue fundadora de la Cooperativa Española de Alta Costura junto a otras cuatro casas de Barcelona, formando parte de lo que en la época se conoció como Los Cinco Grandes de la Costura. El primer desfile fue en la cúpula del Teatro Coliseum en el Paseo de Gracia, trasladándose unos años más tarde al Salón Imperial del Hotel Ritz.
En los años 60, Santa Eulalia contaba con 750 empleados, principalmente oficiales de costura en sus talleres de alta costura y de sastrería y camisería a medida para hombre. Estos últimos talleres aún están en activo siendo de los pocos que quedan en nuestro país.
Actualmente, en la tienda hay expuestos decenas de dibujos de modelos que se usaron para realizar las colecciones de alta costura. En aquella época el diseñador decía a una ‘dibujanta’ los modelos que tenía en mente. Ésta dibujaba a lápiz la parte delantera y trasera del modelo sugerido, y los coloreaba. Posteriormente el diseñador acababa de escoger los que quería para la colección y cosía con una aguja un trozo de cada uno de los tejidos que había elegido para realizarlos. A partir de ahí, en el taller correspondiente se hacía una glasilla con un calicó (algodón de baja calidad), se afinaba y cuando era conforme, se hacía el patrón de la talla 42. Finalmente, a partir de este patrón se hacía otro con las medidas reales de cada clienta.
Las clientas de alta costura no podían probarse ellas mismas los modelos ya que todos estaban realizados exclusivamente en la talla 42. Para ello, Santa Eulalia disponía de unas modelos fijas que hacían un pase privado a cada clienta para que escogiera lo que más le gustase. Una vez escogido el tejido y color, se proponían pequeñas modificaciones junto con el diseñador. Posteriormente, la clienta iba dos o tres veces a realizar las pruebas a fin de que el traje o vestido le quedara perfecto.
«Mi familia está vinculada a Santa Eulalia desde hace más de un siglo. Como miembro de la cuarta generación y junto con mi esposa, Sandra Domínguez, es un placer compartir los valores que han hecho de esta tienda dedicada a la moda un referente del lujo en Barcelona. Ofrecer una selección de lo mejor del mundo de la moda, crear espacios confortables donde todos los detalles se cuidan y dar el mejor servicio a nuestros clientes. Una tarea fascinante a la que nos dedicamos con la misma vocación con la que nacimos hace 180 años.»
Luis Sans, propietario.
1 Comment
Gemeladas
3 octubre 2022 at 11:07Qué pasada, el lugar del desfile es una preciosidad, y los looks me han encantado, tanto los femeninos como los masculinos, son ideales, súper elegantes a la par que en tendencia.
Besos.
Gemeladas